Ya comenzó la campaña anual de vacunación contra la influenza, una enfermedad respiratoria aguda y altamente contagiosa, que se transmite a través de secreciones nasales y al toser o estornudar, facilitando su propagación en la población.
Este virus puede causar fiebre alta, debilidad, dolores musculares, cefalea, tos seca y congestión nasal. En algunos casos, deriva en neumonía, bronquitis, insuficiencia respiratoria e incluso la muerte.
A diferencia de otros países, como Estados Unidos, donde no hay un plan de vacunación universal, Chile protege a las personas de los grupos más vulnerables. En EE.UU., la influenza ha causado cerca de 40 millones de contagios y 21.000 muertes en la última temporada. Un escenario que podría repetirse en nuestro país si es no se tomaran medidas preventivas.
Para evitarlo, el Ministerio de Salud (MINSAL) adquirió la vacuna trivalente recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que protege contra las cepas AH1N1, AH3N2 y B.
La campaña se dirige a los grupos de riesgo, más propensos a complicaciones que son los mayores de 60 años, niños y niñas desde 6 meses hasta 5º básico, embarazadas, personas con enfermedades crónicas (desde 11 años), personal de salud, madres lactantes, familiares de lactantes prematuros e inmunodeprimidos, docentes y asistentes de educación hasta 8º básico, cuidadores de adultos mayores (ELEAM) y trabajadores de avícolas, ganaderas y criaderos de cerdos.
Quienes pertenezcan a estos grupos pueden vacunarse gratis en consultorios públicos y privados en convenio, sin importar su afiliación es Fonasa o Isapre, ya que solo necesita su cédula de identidad.
Vacunarse reduce el riesgo de contagio y fortalece el sistema inmunológico, permitiendo que el cuerpo genere anticuerpos y recuerde el virus. Así, si se entra en contacto con la influenza en el futuro, el organismo responderá rápido, evitando complicaciones graves.